Albert Bello & Oriol Saña. Jazz Manouche | Viernes 13 de enero
20:30h. en en Café Teatro Avalon
Fotografía Laura Ruiz - Maquetación: litografico
Oriol Saña Violín | Albert Bello Guitarra
Albert Bello y Oriol Saña son sinónimo de improvisación en estado puro, energía positiva, alegría y diversión. Interpretan un repertorio donde el virtuosismo y la sensibilidad se combinan para hacer que la audiencia viva una experiencia musical muy especial. Todo con una cuidada puesta en escena y una conexión con el público que hace vibrar a la audiencia desde el primer minuto hasta la última nota.
El repertorio del concierto combina los temas grabados en su nuevo CD, Boston Bridges, basado principalmente en composiciones de Albert Bello con otras composiciones de Django Reinhardt
Oriol Saña Violín
A lo largo de sus estudios musicales el violinista obtiene el Bachelor's Degree Berklee College of Music Cum Laude (Estados Unidos), el título Superior de Música en Jazz a l’Escola Superior de Música de Catalunya, el Màster Oficial y el Doctorado en la Universitat Autònoma de Barcelona en Musicología y Didáctica de la Música.
Profesional desde hace más de 20 años, Oriol Saña desarrolla como intérprete una extensa trayectoria nacional e internacional enfocada principalmente a la música moderna. También ha participado en varias orquestas sinfónicas como músico clásico.
Ha grabado más de 50 discos. Además, está nombrado mejor director musical a los Premios Max de las Artes Escénicas con Virus String Quartet, por la banda sonora de “Turn Me On”, espectáculo de la compañía de ballet David Campos. Asimismo, ha grabado y arreglado las cuerdas del disco Balmoral de Loquillo, nominado a los Grammy Latino 2008.
Además de su trabajo como intérprete, Oriol Saña es profesor en el Departamento de jazz y música moderna de l’ESMUC (Escuela Superior de Música de Cataluña), en el Departamento de jazz y música moderna del Conservatorio Liceu, en el Departamento de jazz manouche de l’Escola de Música i Centre de les Arts de l’Hospitalet de Llobregat y es coordinador del Fiddle Congress de l’ESMUC.
Albert Bello Guitarra
Se gradúa en el Aula de Música Moderna y Jazz del conservatorio del Liceo de Barcelona y se licencia en la Escuela Superior de Música de Cataluña. A fin de completar sus estudios, Albert realiza un gran número de cursos, destacando los de técnico de sonido en la escuela Microfusa de Barcelona, film scoring con José Nieto y sounpainting con Walter Thomson.
Después de años actuando en grupos de estilos muy diversos, en el año 2001 forma Les deux guitares Trío, grupo con el que inicia su carrera dentro del jazz manouche. Desde entonces Albert Bello se ha convertido en una de las figuras más representativas y en el máximo dinamizador del estilo en nuestro país, tanto en el escenario como en las aulas. En el año 2005 crea el departamento de jazz manouche de la Escola de Música–Centre de les Arts de L’Hospitalet (Barcelona), siendo el coordinador desde entonces. En 2008 funda la Asociación de Músicos y Aficionados al Jazz Manouche y en 2010 impulsa y dirige el Festival Django L’H, primer festival especializado en jazz manouche del país. Realiza muchos otros proyectos como gestor cultural, principalmente ciclos de conciertos y masterclasses en las que han participado grandes figuras internacionales del estilo.
Como intérprete destaca su trabajo realizado con los grupos Folkincats y Shine, con los que ha actuado por todo el mundo. Además, Albert Bello ha grabado más de 20 CD’s, tanto con sus formaciones como colaborando en otros proyectos discográficos.
EL PROYECTO. EXPERIMENT 2.0
Fueron un cúmulo de casualidades las que llevaron, hace ya más de 10 años, a que Albert Bello y Oriol Saña coincidieran en un escenario. Porque, como no podía ser de otra manera, fue en un escenario donde se conocieron. Albert, en uno de sus conciertos, invitó a Oriol a tocar un tema. Tocaron Nuages de Django Reinhardt. A partir de entonces han ido creciendo como músicos hasta convertirse en una pareja inconfundible encima del escenario. Energía y sensibilidad hecha música.
Habiendo compartido más de una década juntos, ahora de lo que tienen ganas es de disfrutar y hacer disfrutar, de tocar aquello que más les apetece y hacerlo en un formato que les permita mostrar todo aquello que son. Los dos músicos tienen una carrera brillante en solitario y esa madurez profesional les lleva a tener muy claro lo que quieren transmitir juntos encima del escenario.
En diciembre del 2014 Oriol Saña y Albert Bello, viajaron a Boston respondiendo a la invitación de Berklee College of Music para impartir unas masterclass. Durante una semana convivieron con otros músicos de la comunidad de Boston y profesores de la misma Universidad. Unas jam session improvisadas dieron lugar a grabaciones en uno de los mejores estudios de Massachussets, Dimension Sound Studios.
Y así nació este disco, Boston Bridges, el hijo natural de un encuentro entre músicos de procedencias e influencias diversas, un disco inevitable y precioso en el que conviven seis piezas de Albert Bello con otros tres temas clásicos del jazz manouche: la música de los indómitos, de los inquietos, de los excluidos, de los que escapan, de los que buscan, de los que encuentran. Música nunca acabada sin la magia del instante, siempre renovada a partir de la improvisación. Música llena de verdad en manos de unos intérpretes que tienen el jazz manouche y el bluegrass como influencias, pero que buscan y encuentran nuevos caminos.
“Boston Bridges expresa esta fascinación por la frontera y el encuentro, la voluntad de superar los márgenes, de saltar los muros para estar en tierra de nadie, para encontrar lo inesperado de la mano del tándem Saña-Bello. Saña-Bello exploradores, pioneros, virtuosos, comprometidos, Saña-Bello generosos que nos conectan hoy - en este segundo disco grabado en Boston - con músicos de la otra banda del océano. Porque si la música es un camino, el jazz siempre es un puente”
MÚSICA DE COLOR: EL JAZZ MANOUCHE
La música (como la fotografía o el cine, aunque sean en blanco y negro) tiene que tener, en sentido figurado, su “color”, su intensidad, su estado de gracia… Lo cual no tiene nada que ver con el color de la piel. Aunque el componente africano de la fusión que conformó los orígenes de la música de jazz en Nueva Orleans es importantísimo no debe darse por supuesto que el jazz es sobre todo la música de los negros norteamericanos (consideración aparte y distinta merecerían el blues y el soul). Esto comentamos en el texto que acompañó a nuestro anterior concierto, donde se combinaron un trombonista de jazz –Víctor Correa- con un cuarteto de cuerda (estructura que constituye uno de los grandes “inventos” de la humanidad, junto con la rueda) proveniente de la música clásica occidental.
Ya en los comienzos del jazz hecho por los negros el componente de música europea tuvo un gran peso, sobre todo en la construcción melódica y armónica. Pero además también los músicos blancos hacían jazz. Simplificando muchísimo, el estilo de jazz Dixieland en Nueva Orleans y un poco más tarde el estilo Chicago en la ciudad que le dio nombre lo crearon músicos blancos. Paradójicamente en África el jazz, aún con notables excepciones, no ha tenido un gran desarrollo, como ya señaló el baterista Art Blakey tras su viaje al continente negro para aprender sus complejas poliritmias. Por el contrario Barry Ulanov, un historiador del jazz de mediados del siglo XX, señaló que “hay más sonido de jazz en los violines gitanos del centro de Europa que en todo un conjunto de tambores africanos”. No decimos que esa música balcánica sea jazz, pero algo tendrán los gitanos rumanos Taraf de Haïdouks cuando han hecho giras mundiales y han sido admirados por Yehudi Menuhin.
No han surgido en estas consideraciones (¿disgresiones?) los gitanos por casualidad. No existe una música gitana específica, pero sí una gran facilidad de esta etnia, tan perseguida históricamente como la raza negra, para absorber las músicas de todos los lugares por los que pasan y crear algo nuevo y maravilloso, como en España es el flamenco. Fue el gitano belga-francés Django Reinhardt el genio que, incluso habiendo perdido la movilidad de dos dedos de su mano izquierda en un incendio de su carromato, creó el primer estilo de jazz genuinamente europeo (curioso, años después llegaría el jazz-flamenco), llamado gypsy jazz en inglés y ahora jazz manouche, en francés. Los manouche son la rama de los romaníes a la que pertenecía Jean Baptiste Reinhardt, Django. Este jazz que nació en Europa fue capaz de hacer el viaje de ida y vuelta e impresionar a grandes jazzmen guitarristas como Charlie Christian y Les Paul, justo en los principios de la amplificación del instrumento. Su influencia llega incluso hasta la música country (el Western swing). Tampoco queremos cargar la mano en el exotismo de la creación del jazz manouche, pues no sólo fue gitano. Dyango necesitaba tanto de su libertad de nómada como del contrapunto que le aportaba el violinista Stéphane Grapelli. De familia francoitaliana culta y acomodada, este longevo músico había sin embargo sufrido en su infancia los estragos de la primera guerra mundial, y aprendió su instrumento en parte en el Conservatorio de Paris, y en parte en la calle, en cabarets y cines mudos. Era lo que Dyango –que no leía ni escribía música- necesitaba para transcribir sus melodías, enriquecidas por el lirismo elegante de Grapelli, que desarrolló hasta su muerte, a los 89 años. Además de la música, Reinhardt, Grapelli y sus colegas, crearon una formación singular, el quinteto de cuerda Hot Club de France. Si antes hablábamos de la importancia del cuarteto de cuerda en la música barroca, este quinteto de cuerda no le va a la zaga, aunque constaba de tres guitarras, violín y contrabajo. Necesarios para producir ese misterioso invento musical del siglo XX que se llama swing.
Una vez más por tanto tenemos fusión, el vigor híbrido. Y una vez más las revoluciones que hicieron avanzar el jazz, al menos en el siglo XX, no surgieron de círculos académicos, si bien muchos de sus propulsores conocían por distintos caminos el lenguaje de la música occidental y eran conscientes de que abrían nuevas puertas, empujados por su talento creador.
El jazz manouche tiene todo lo que hay que tener. Tiene el gusto por las melodías emotivas, que los oyentes reencontramos con entusiasmo después de disfrutar algún exceso free y agradecemos como se agradece un cuadro figurativo tras salir de varios emocionantes cataclismos pictóricos o saboreamos un buen guiso de cuchara tras un empacho de tortillas deconstruidas. Y el jazz manouche tiene swing, un swing arrollador que nos arrastra hacia tanta felicidad como emoción.
Por eso, próximo a cumplir cien años, el jazz manouche está en plena vigencia, y tiene merecidamente un sinfín de seguidores entre músicos, público, encuentros y festivales por todo el mundo.
Es bueno que se recreen los momentos cumbre de la historia del jazz, como se programan compositores de todas las épocas en muchos conciertos de “música clásica”. Pero en el jazz la partitura es sólo orientativa, por su propia esencia esta música tiene que improvisar y no repetirse, así que el jazz manouche es una de las grandes ramas del árbol del jazz que no deja de crecer y desarrollarse. Nos complace enormemente presentar a dos de sus máximos exponentes, Oriol Saña y Albert Bello, con un disco, Boston Bridges, que demuestra su proyección internacional.
Álbum Boston Bridges,
Enlaces:
En sus webs personales:
http://oriolsana.com/
http://albertbello.com/
La web del proyecto EXPERIMENT 2.0
http://experiment.es/
PARA ESCUCHAR EL CD
Fragmentos de todas las canciones del cd
http://albertbello.com/experiment/music/experiment-1-0/
VIDEOS
Canal Youtube
https://www.youtube.com/user/albertbellooriolsana
En estudio - Fleche d’Or
https://www.youtube.com/watch?v=g3JxF4Rl6_k&list=UUYVissIFO933p2bIwblcAOQ
En directo: Place de Brouckère
https://www.youtube.com/watch?v=7sEqHiQouPc&list=UUYVissIFO933p2bIwblcAOQ
En TV
https://www.youtube.com/watch?v=L_yok9NS2Oc
Extras: Experiment en Samois-Sur-Seine
https://www.youtube.com/watch?v=zXSbSX8kQpk
